Después Euristeo le mandó expulsar del lago Estínfalo a unas aves con pico, garras y plumas de bronce. Atacaban a los humanos lanzándoles desde el aire sus plumas de bronce. Habían crecido tanto en numero que resultaban una verdadera plaga para los países vecinos.La dificultad consistía, en hacerlas salir del tupido bosque que rodeaba la zona pantanosa de Arcadia donde las aves habitaban. Heracles las hizo salir con ayuda de unas castañuelas que le dio Atenea y que habían sido elaboradas por Hefesto. Cuando las aves levantaron el vuelo fueron abatidas en gran numero por el héroe. Las que se salvaron huyeron hacia el mar Negro, donde más tarde las encontraron los argonautas.Se piensa que estas aves pudieron ser una bandada de ibis que emigraron desde Arabia. Otra versión dice que estas aves eran realmente mujeres, las hijas de un tal Estífalo a las que Heracles mató por negarle hospitalidad.
6º Los establos de Augías
Augías poseía un rebaño de animales que ni enfermaban, ni mal parían. Por eso su número era gigantesco. Pero jamás había limpiado sus establos, por lo que el país se veía infectado por un hedor insoportable, además no se podía cultivar debido a la gruesa capa de estiércol que cubría la tierra.Heracles le prometió a Augías limpiar sus establos en un solo día, si a cambio él le daba la décima parte de su ganado o le entregaba parte de su reino según otras versiones.Una vez cerrado el trato, ayudado por de Yolao derribó las paredes de los establos y después desvio las corrientes de los ríos Alfeo y Peneo, que con sus aguas arrastraron el estiércol. Sin embargo Augias se negó a pagarle, por lo que más tarde Heracles le declaró la guerra. Para colmo Euristieo no contabilizó el trabajo arguyendo que había realizado la hazaña para percibir un salario.
7º El toro de Creta

8º Las yeguas de Diomedes
Para realizar el octavo trabajo Heracles se desplazó hasta Tracia. Las yeguas de Diomedes que tenia que atrapar se llamaban: Podargo (veloz), Lampón (resplandeciente), Janto (alazana) y Deino (terrible).Estos animales se alimentaban de carne humana. Heracles se las arregló para que devoraran a su propio dueño. Después de comer las yeguas se volvieron mansas y el héroe pudo uncirlas al carro de Diomedes y trasladarse de esta manera a Micenas.Otra versión cuenta que Heracles se dirigió a Tracia con un pequeño ejército, y que fue a un tal Abdero al que devoraron los animales, en su honor Heracles fundó una ciudad en las cercanías.
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