¿Qué significa en realidad el Manuscrito Voynich? ¿Por qué han fracasado los científicos, lingüistas y criptógrafos en penetrar su contenido?
El Manuscrito Voynich es el libro más misterioso de la historia de la Humanidad. Escrito entre los siglos XV y XVI, se lo vio por última vez en 1666. Luego desapareció, para ser redescubierto en el siglo XX. El libro está escrito en un código incomprensible que nunca ha podido ser descifrado. Sus folios de pergamino están cubiertos de cientos y cientos de ilustraciones de mujeres desnudas, plantas y constelaciones. Los vegetales que muestran no existen en la naturaleza, y la mayoría de los diagramas astronómicos son también desconocidos.¿Puede un engaño hacer tontos a los científicos durante 535 años? ¿Es posible que un código oculto haya derrotado incluso a los criptógrafos del ejército americano que descubrieron las claves de la Armada Imperial Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Cómo es posible que, habiendo sido descifrados todos los códigos medievales ya en el siglo XIX, haya aún un documento que se resiste a todos los esfuerzos? ¿Es verdad o mentira que existe un libro al que los estudiosos llaman “El Misterio de los Misterios”?Sucedió un día de 1912: el librero lituano de origen polaco Wilfred Voynich, para entonces residente en Londres, se encontraba de viaje por Italia en busca de libros raros o incunables para su tienda exclusiva para coleccionistas. La mercadería que Voynich comerciaba incluía mapas originales de la expedición de Magallanes, libros ilustrados a mano por Mantegna o el Giotto y obras de alquimistas y filósofos antiguos. No faltaríamos a la verdad si dijésemos que Voynich era un experto que conocía como nadie su actividad.Sin embargo, al llegar al monasterio jesuita de Villa Mondragone en Frascati, cerca de Roma, para comprar libros, un ejemplar puesto a la venta por los sacerdotes le llamó la atención como nunca antes.Se trataba de un volumen en cuarto, cubierto de extrañas ilustraciones y escrito en unos raros caracteres que el experto no pudo identificar. Lo compró, por supuesto, y se lo llevó consigo. Nunca pudo lograr descifrarlo, y el increíble volumen persiste en ocultarnos sus secretos hasta el día de hoy.
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